—Saldré antes y así grabaré tu entrada triunfal en el salón.
—Bueno, pero ponte junto a la columna central. Así sabré a donde mirar.
—Oh, por supuesto, es un detalle que quieras mirar a mi cámara —dijo ella sonriendo.
—No quiero mirar a tu cámara, Belle Caruso, quiero mirarte a ti.