En su cuarto libro, el psicólogo Pep Marí, nos descubre una carta que por desgracia jamás existió. La carta que Michel Petrucciani, una de las mayores figuras del jazz europeo, nunca escribió mientras volaba con destino a Nueva York el 30 de diciembre de 1998.
En ella, de la genial mano del músico, hallamos una de las reflexiones más íntimas sobre el mayor de los miedos, el miedo a la muerte. Por culpa de una enfermedad en los huesos, nuestro protagonista sabía que viviría muy poco. Esta convicción le llevó a exprimir su existencia hasta descubrir la esencia de la vida.