Mapa de una ausencia

como si tuviera que desenrollar todo el carrete de palabras que tuviese en la boca.

uno no vuelve de verdad a casa hasta después de la primera ducha.

Cuando volvías a casa decías siempre Cuánto sufrimiento hay en esos sitios.

ando volvías a casa decías siempre Cuánto sufrimiento hay en esos sitios

Viarengo tenía la piel quemada por el sol y una gorra de béisbol de través en la cabeza, como si los ataúdes que producía fueran animales de granja y no cajas destinadas a la oscuridad, a servir de alimento a los gusanos

él pasó instintivamente la mano por el ataúd acariciando un trozo, hacia arriba y hacia abajo

Ahora que llevaba unos pantalones vaqueros, una camiseta y zapatillas de deporte, había recuperado sus veinticinco años

Tomar parte en un funeral sin saber siquiera cómo había muerto el muerto no me había ocurrido nunca, me sucedía precisamente contigo. Me parecía estar enterrando a alguien cuyo cuerpo se hubiera perdido, con un ataúd vacío izado en el medio de la iglesia para hacer las veces del cadáver

fui a tu encuentro, cuando durante años no había hecho otra cosa que esperar a que volvieras.

Ahora estás lista, y encerrada en el ataúd te has convertido en la caja negra de ti misma