La vergüenza, que en el capítulo 2 se describe como el elemento clave del éxito de la campaña “No conduzca si ha bebido”, patrocinada por el Departamento de Medioambiente de Irlanda del Norte, a veces funciona. Apelar a la vergüenza no es habitual en el discurso de las campañas de bien público, aunque es un recurso muy potente.