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Emily Bronte

Poesía completa

  • Maracompartió una citahace 6 meses
    Los sueños me han cercado, dije,
    desde el tiempo soleado de la infancia despreocupada.
    La ardiente fantasía ha alimentado visiones
    desde la primera mañana de mi vida.
    Pero ahora, cuando esperaba cantar,
    mis dedos golpean una cuerda desafinada
    y aún el bordón de la estrofa dice:
    No te esfuerces más, todo es en vano
  • Maracompartió una citahace 6 meses
    ¡Oh, cuándo llegará el tiempo en que dormiré
    sin identidad,
    y ya no me preocupará cómo moja la lluvia
    o cómo la nieve me cubre
  • Fátima Cortéscompartió una citael año pasado
    Me detuve ante el umbral, me volví hacia el cielo.
    Miré el cielo y las oscuras montañas alrededor.
    La luna llena navegaba reluciente a través de ese océano de las alturas
    y el viento pasaba murmurando con un feroz sonido inquietante.
    Y me adentré entre los muros de mi oscura casa-prisión
    que misteriosa se alzaba en el ondulante páramo.
    70.
  • Eva Vergaracompartió una citahace 3 años
    y, mirando por encima de las vastas aguas del Tiempo,

    me fatiga esperar ese país divino

    donde nacimos, donde tú y yo

    nos reuniremos con los más queridos, al morir;

    libres de sufrimiento y corrupción,

    restituidos al seno de la Divinidad.»
  • Eva Vergaracompartió una citahace 3 años
    No temeré, por tanto, ni lloraré tampoco

    por aquellos cuyos cuerpos descansan en el sueño:

    yo sé que hay una orilla dichosa

    con sus puertos abiertos para mí y los míos;
  • hdzmoncompartió una citahace 6 años
    Pero, aun así, esta tranquilidad
    me trae amargos e inquietos pensamientos;
  • LUIS AGUIRREcompartió una citahace 6 años
    Pero, cuando se fueron los días de los sueños dorados y la Desesperación no tenía ya poder para destruir, entonces aprendí cómo amar la existencia, fortalecerla y alimentarla sin ayuda de la alegría. Entonces refrené las lágrimas de la pasión inútil, desenganché mi joven alma del anhelo de la tuya, con firmeza rechacé su ardiente deseo de precipitarse a descender a esa tumba que ya era más que mía. Mas todavía no me atrevo a dejar que desfallezca, no me atrevo a complacerme en el extasiado dolor de la memoria; tras haber apurado esa angustia divina, ¿cómo podría adentrarme en el vano mundo otra vez?
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