Guadalupe Minutti Pérezcompartió una citahace 4 años
pero no tengo, no, ya nunca
tus palabras de mocedad,
tu breve piel trigueña
donde me puse a arar y me sembré
como una almendra atroz,
puesta en ti,
Soledad Alvaradocompartió una citahace 5 años
“Ladrándole a la muerte,
como antes a la luna y al silencio,
el perro abandonó la casa de su cuerpo,
—me cuenta—,
y se fue tras de su alma
con su paso extraviado y generoso
el miércoles pasado.
Alondra Velascocompartió una citahace 5 meses
oh, Tú, Poesía, profundísimo hueco, carne viva,
ahora estás conmigo
Alondra Velascocompartió una citahace 5 meses
oh, Tú, Poesía, profundísimo hueco, carne viva,
ahora estás conmigo
Martín Eduardo Martínezcompartió una citahace 3 años
Cuando ya fui en tu alcándara la ropa, cuando me di en tus ojos y fui en tu soltería violentada
Martín Eduardo Martínezcompartió una citahace 3 años
“Ladrándole a la muerte, como antes a la luna y al silencio, el perro abandonó la casa de su cuerpo —dice mi madre— y se fue tras de su alma —los perros tienen alma: un alma mojadita como un trino— con su paso extraviado y generoso el miércoles pasado .
Martín Eduardo Martínezcompartió una citahace 3 años
Era minúsculo y sencillo como el trigo; luego fue creciendo admirado y displicente al par que mis tobillos y mi sexo; supo de mi primera lágrima: la novia que partía, la novia de las trenzas de racimo y de la voz de lirio; supo de mi primer poema balbuceante cuando murió la abuela; el perro fue en su tiempo de ladridos mi amigo más amigo.