Frege propuso que en ciertos contextos un término podía cambiar de tener su sentido y referencia habituales a tener un sentido y referencia indirectos.La referencia indirecta de un término es su sentido ordinario. Esto le permite a Frege resolver otro problema lógico que surge en oraciones que contienen verbos como «sabe», «cree» y «piensa» seguidos de una proposición. Esas oraciones violan la Ley de Leibniz (como se ha señalado anteriormente). Por ejemplo, en la oración «Edipo sabía que él mató al hombre que iba en el carro» no podemos sustituir «el hombre que iba en el carro» por «su padre» sin cambiar el valor de verdad de la oración. La solución de Frege es que en contextos gobernados por verbos como «saber» los términos referenciales no tienen ya su referencia habitual, sino más bien su referencia indirecta. Puesto que la referencia indirecta de «su padre» (esto es: su sentido ordinario) y la de «el hombre que iba en el carro» no son la misma, los dos términos no pueden sustituirse uno por otro y, por consiguiente, no se produce violación alguna de la Ley de Leibniz.