a guerra no es, como engañosamente pretende hacer creer el Sur, una guerra entre razas, ni entre facciones, ni entre partidos políticos, sino una guerra de principios, una guerra librada por las clases trabajadoras, blancas o negras […]. El hombre negro fue la primera víctima de esta guerra; la siguiente, el obrero de cualquier color; y, en estos momentos, todos los que luchan por el derecho al trabajo, por el derecho a la libertad de expresión, por el derecho a la libertad de enseñanza, por el derecho al sufragio libre y por un gobierno libre […]