Nadie iba a imaginar que los hombres más ingenuos y sencillos iban a ser capaces de conseguir unas armas invencibles y atroces. Sin adiestramiento militar ni disciplina alguna, pero guiados por el inteligente erudito, se volverán la mayor fuerza de choque que jamás haya existido. Poco a poco irán descubriendo todos los entresijos de la vida y del mundo más allá de su montaña natal, y sus astutos aliados, conscientes de su poder, no tardarán en orquestar las manipulaciones necesarias para ganar su favor y la ayuda de sus terroríficas armas. Sin embargo, el poder de éstas será tal que logrará girar progresivamente el acontecer de toda la historia, los inocentes irán despertando de su sueño de ignorancia y transformándose de simples mortales a orgullosos semidioses.
