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Marqués de Sade

Viaje a Nápoles

El viaje como último resquicio de libertad. Así vivió el marqués de Sade su viaje a Nápoles, donde se refugió entre enero y mayo de 1775 para escapar de la justicia francesa que lo había condenado a muerte, acusado de envenenar y sodomizar a unas prostitutas de Marsella.

Un viaje también como último recuerdo de la libertad perdida, cuando, estando en la cárcel varios años después, soñaba con exiliarse a un lugar como Nápoles y terminar quizá el Viaje a Nápoles que completaba su Viaje a Italia, su primera obra literaria seria.

Sade explora frenéticamete los tesoros artísticos de la ciudad, la belleza de los alrededores y de la bahía. Para ello recorre tanto los museos como las iglesias y los palacios, así como también las cuevas, las catacumbas y los tesoros que las excavaciones de Herculano y Pompeya han empezado a desentrañar por orden del futuro rey de España Carlos III. Pero Sade no se limita a describir, sino que somete todo cuanto ve a su espíritu crítico como defensor de los ideales de la Ilustración. En nombre del progreso fustiga la ignorancia de los napolitanos, la inepcia de sus gobernantes, la omnipresencia de un arte católico contra el que dirige los dardos de su ironía.

Sade guarda también de su estancia en Nápoles unas imágenes vívidas que inspirarán algunas de las mejores páginas dedicadas a Juliette y Justine y que serán durante sus largos años de encierro sus últimas visiones de hombre libre.
275 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2019
Año de publicación
2019
Editorial
Alhenamedia
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Citas

  • Talia Garzacompartió una citahace 4 meses
    diferentes edificios públicos y particulares que merecen la atención del viajero. En esta ronda no he seguido ningún orden, ya que me he dado cuenta de que esa manera metódica y pedante de proceder nunca sirve de nada. Cada cual organiza sus itinerarios como más le apetece, y raro será, repito, raro será, que haya un extranjero que siga un orden, como el que el abate Richard observó en sus itinerarios
  • Talia Garzacompartió una citahace 4 meses
    Aquí sólo hay que venir a buscar la naturaleza, y me atrevo a decir que ésta es superior incluso a lo que son las artes en Roma.
  • Talia Garzacompartió una citahace 4 meses
    Situada a orillas del mar, Nápoles no tiene necesidad de ningún río. El único curso de agua que discurre por ella es un riachuelo. Lo llaman el Sebeto; corre desde levante hasta poniente. Se perdió durante la erupción del 7912. La proximidad de su nacimiento al Vesubio hace que dicho fenómeno resultara menos singular. Algún tiempo después volvió a aparecer, pero mucho más pequeño. Desemboca en el mar por el puente de la Magdalena. Sus aguas alimentan algunas fuentes públicas; el resto riega la campiña.

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