Si un guión se desplaza hacia uno de los extremos, el autor deberá aprender a crear una armonía con todos los aspectos de su humanidad. Deberá colocarse dentro del espectro creativo: sensible a la vista, al sonido, al sentimiento, pero equilibrando esa sensibilidad con el poder de la imaginación. Se debe excavar en dos direcciones, utilizando el conocimiento personal y el instinto para emocionar al público, para expresar una visión de por qué y cómo esos seres humanos hacen las cosas que hacen.