Estos “Cuentos sentimentales” son retratos satíricos de personajes que viven en los márgenes de la sociedad soviética durante la primera década tras la Revolución bolchevique. Los cuentos son narrados por un tal Kolenkorov, que es cualquier cosa menos un autor soviético modélico: no solo sigue apegado a la era del antiguo régimen sino que, además, no es un muy buen escritor. Moldeada por la magistral pluma de Zóshchenko, la prosa de Kolenkorov está bellamente desarbolada, llena de desaciertos estilísticos, sobrecargada de metáforas, clichés torturados y burocratismos mal utilizados, en la mejor tradición de Gógol.
Sin embargo, a pesar de la narración intrusiva de Kolenkorov, los relatos son realmente conmovedores. Cuentan historias de amor no correspondido y desventuras sentimentales entre músicos desafortunados, damiselas de provincias, aspirantes a poetas y aristócratas liberales fuera de lugar en la nueva Rusia, en un contexto de apartamentos destartalados y abarrotados, entre pequeñas intrigas y sueños humildes. Zóshchenko nos ofrece aquí una perspectiva original de la sociedad soviética en la década de 1920, simple y escandalosamente divertida.