Él la había seducido por venganza… ahora se la llevaría al desierto para proteger a su heredero.
Buscando venganza tras el rechazo de su familia, el jeque guerrero Adir sedujo una noche a la inocente prometida de su hermanastro. Pero, cuando volvió a buscarla cuatro meses después, descubrió que su ilícito encuentro había dado como resultado un embarazo.
Aislados en el desierto, el anhelo de estar juntos los consumía, pero el hijo de Adir debía ser legítimo y, por lo tanto, reclamaría a Amira como su esposa aunque ella tuviese dudas.