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Libros
Mercedes Calvo

Llévame

  • Marcia Ramoscompartió una citahace 2 años
    Barquitos pequeños, donde apenas cabía un sueño en la envoltura de un caramelo. Barcos para viajar, para irse lejos, para inventar caminos
  • Kitzia Donaícompartió una citahace 2 años
    En el medio del mar, en el silencio, madura la mañana.
  • ariana ibañezcompartió una citahace 4 meses
    —Ella baila y juega con la magia: con una racha de lluvia construye la alegría o inventa pájaros que sostienen el aire. Y canta, siempre canta.
    Ni brújula ni ancla
    carta ni puerto
    mi corazón navega
    en el mar abierto
    ¡Y no hay manera
    de impedir que florezca
  • ariana ibañezcompartió una citahace 4 meses
    La niña abre la mano y la mira. Dentro de la piedra, minúscula y azul, un botecito avanza, desafiando las olas. Y en él, solo una niña que navega, acunando su sombra.
  • ariana ibañezcompartió una citahace 4 meses
    Adentro hay un océano plural y rumoroso donde se multiplican las voces y el asombro.
  • ariana ibañezcompartió una citahace 4 meses
    ¿Qué podrá sucedernos si somos dueños de la magia?
  • Ana Lazcanocompartió una citahace 9 meses
    Es en la orilla: la abuela amasa el pan y vigila, sin tiempos, el sueño de la albahaca. Una pizca de luz sazona el día. Dos hojitas verdes, la esperanza. Para salar la sopa basta una lágrima.
    —Y la niña ¿qué hace?
    —Ella baila y juega con la magia: con una racha de lluvia construye la alegría o inventa pájaros que sostienen el aire. Y canta, siempre canta.
    Ni brújula ni ancla
    carta ni puerto
    mi corazón navega
    en el mar abierto
    ¡Y no hay manera
    de impedir que florezca
  • Ana Lazcanocompartió una citahace 9 meses
    La niña tararea mientras mira a su alrededor, perpleja.
    La sombra de una nube la acompaña de a ratos, sentada a su lado en la cubierta; la sombra de las gaviotas moja sus alas en el agua.
    Pero la suya, su sombra, ha desaparecido. Ni en la proa ni en popa, ni a babor ni a estribor.
    Es una niña sola quien navega en la tarde.
    Entonces recuerda aquel espejo que dejaran los Magos y enfrentándose a él, se mira largamente.
    Y allí está, ovillada en sus ojos, acurrucada en su pupila como en una cuna. Es su sombra, sí, su compañera. Está dormida y parpadea confusa al verse en el espejo.
    Y la niña sonríe mientras cierra los ojos, y los párpados bajos son como una manta que cobijase un sueño.
    Y navegan las dos, solas y juntas con los ojos cerrados, para mirar mejor la luz del mundo
  • Ana Lazcanocompartió una citahace 9 meses
    A veces sigo a mi sombra, a veces viene detrás.
  • Ana Lazcanocompartió una citahace 9 meses
    Entregadas al mar, las palabras se alejan, rodeadas de silencio. Algunas se pierden en la arena –piedritas, caracoles– música que las olas llevan a la playa; otras se ahondan en la mirada de los peces
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