Antígona plástica es una lectura de la Antígona de Sófocles a partir de una perspectiva enclavada totalmente en el siglo XXI. William Brinkman-Clark se vale de la larga tradición de estudios sobre la obra sofoclea, así como de miradas novedosas de la cosmética, las ideas feministas y el concepto de plasticidad, para proponer una visión distinta del personaje protagónico de la tragedia y la resolución de la obra dramática. A ello añade las ideas propias, que ha elaborado en otros trabajos sobre la antigüedad griega, así como el tratamiento desde las disciplinas arquitectónica y filosófica.
Antígona plástica se convierte en una hebra más dentro del enorme telar de la tradición, las discusiones y la importante cantidad de interpretaciones que nos ha legado la tragedia griega, en particular la obra de Sófocles, probablemente uno de sus más relevantes exponentes. Aristóteles sentenció en su Poética que la mímesis debía evocar a los personajes mejores, y debía presentar aquello a lo que los seres humanos comunes necesitábamos imitar: héroes y heroínas trágicas. En ese sentido, Antígona es nuestra aspiración, una mujer que cambia, que se adapta, que es y no es a la vez.