Después del encuentro con uno de los hombres más sexis que he conocido… Yo, Adrienne Saetre, el colmo de la racionalidad, voy a tener que vérmelas cara a cara con el desastre. Si acabar sobre el regazo de ese hombre tan atractivo, rogándole que me pusiera las manos encima, no fuera suficiente, ahora tengo que lidiar con la certeza de que quiero más que esas manos sobre mí.
¡No obstante! Reconozcamos que las personas como yo están preparadas para cualquier viaje que quiera darles la vida. Incluido el cliché del jefe cañón y las crisis existenciales encarnadas en hombres de ojos verdes. ¡Ay de mí! Con la cabeza bien puesta sobre los hombros es fácil superar cualquier obstáculo. Pero… ¿qué pasa cuando la pierdes?
