Mona Kasten

Sentir

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Ella ha iniciado el juego. Él decidirá la partida.
Sawyer e Isaac no podrían ser más diferentes. Ella es dura, desinhibida y aparentemente despiadada. Él es tímido, torpe y, con sus gafas de nerd y su ropa friki, es un desastre con las chicas.
Desde la muerte de sus padres, Sawyer siempre se las ha tenido que arreglar sola y nunca ha permitido que nadie se acerque a ella. Y nunca se habría fijado en Isaac, pero, cuando una noche unas chicas se burlan de él, Sawyer decide actuar: sin pensárselo dos veces, lo besa delante de todos. El plan parece funcionar tan bien que deciden hacer un trato: Sawyer ayudará a Isaac a deshacerse de su reputación de empollón, convirtiéndolo en un chico malo; a cambio, ella documentará el cambio y lo usará para su proyecto de fotografía.
Pero ese acuerdo, a primera vista inofensivo, lo cambiará todo: Sawyer volverá a sentir su corazón vibrar…
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454 páginas impresas
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Opiniones

  • regggggcompartió su opiniónhace 3 años
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  • compartió su opiniónhace 3 años
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    💞Romántico
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    🐼Adorable

  • Karly Diaz.compartió su opiniónhace 4 años
    👍Me gustó
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    💞Romántico
    🚀Adictivo
    🐼Adorable
    💧Prepárate para llorar

Citas

  • Antoniacompartió una citahace 2 meses
    En algún momento decidió soltarme. Nos quedamos los dos tendidos en el suelo, casi sin aliento.

    —Quién habría pensado que alguien tan duro como Sawyer Dixon podría tener un punto débil —comentó con satisfacción, más para sí mismo que para mí.

    Y entonces ocurrió.

    Me reí.
  • Antoniacompartió una citahace 2 meses
    —En realidad esperaba que hubiera mucha más gente.

    —Yo también. Pero ¿sabes una cosa, Marga? —preguntó con una sonrisa e inclinándose un poco hacia mí. Me tocó el brazo ligeramente, apenas un roce—. Creo que ahora mismo la noche promete mucho más que hace unos minutos.

    Eso… me dejó sin palabras.
  • Antoniacompartió una citahace 4 meses
    —¿Cuánto te debo? —pregunté mientras volvía a guardarme el portátil y el disco duro en la mochila.

    —Tranquila, no me debes nada.

    Arrugué la frente, desconcertada.

    —En serio —me aseguró al ver mi reacción—. Todo esto son cosas que se malvenderán de todos modos.

    Me lo quedé mirando, negando con la cabeza.

    —Gracias, Isaac.

    Él me sonrió con las mejillas coloradas y se subió las gafas con un dedo.

    —Ha sido un placer.

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