Desde tiempos del Antiguo Testamento hasta nuestros días, los ángeles intervienen en la vida de los seres humanos, algunas veces de manera anónima y secreta, y otras en forma abierta y a plena luz del día. En ocasiones es posible visualizarlos como una luz o como una especie de figura resplandeciente; se pueden percibir a través de un sutil aroma a flores, con suaves sonidos de campanitas o extrañas melodías que llegan al corazón. A veces se dejan ver como personas comunes y corrientes. También se muestran con una apariencia de niños o jóvenes resplandecientes…
Los ángeles saben que el estado natural de la vida es la alegría, la felicidad, la risa y la belleza, cualidades de las que nos apartamos a medida que vamos creciendo. Por ello, tienen como labor acercarnos a ese reino, siempre que queramos aceptarlo. Esa es la invitación que por medio de este libro me atrevo a realizar: abrir nuestros sentidos para aceptar la ayuda angélica y encontrar el verdadero camino de crecimiento y realización.