de tantos años dispares y nones. Teme recordar su sueño recurrente, un sueño que podría ser, si el hecho de estar despierto no le permitiese dudar, un sueño de miedo al mar, sólo eso: miedo de acercarse al mar, entrar, morir ahogado con una especie de inconsciencia alegre, de abandono; no moverá los brazos ni las piernas, no necesitará un lastre; entrará al mar y no opondrá resistencia al embate de las olas, a la succión de la arena negra: dejará que el agua y la arena lo arrastren, lo vuelquen, lo envuelvan