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Adam Przeworski

Las crisis de la democracia

  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    Por qué motivo las democracias serían vulnerables ante las crisis? No debemos olvidar que la democracia es apenas un punto en la historia de la humanidad, reciente y todavía infrecuente. No nació sino hasta 1788, cuando la primera elección nacional basada sobre el sufragio individual tuvo lugar en los Estados Unidos; la primera vez en la historia que el timón del gobierno cambió como resultado de una elección fue en 1801, también en los Estados Unidos. El uso de la fuerza –los golpes de Estado y las guerras civiles– fue habitual: entre 1788 y 2008 el poder político cambió de manos como resultado de 544 elecciones y 577 golpes de Estado.
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    En una democracia, el único dispositivo eficaz para disciplinar a los políticos son las elecciones; como señalan Dixit, Grossman y Gul (2000: 533): “Los gobernantes deben anticipar una considerable probabilidad de que su poder llegará a su fin. […] Y deben anticipar una posibilidad de recuperar el poder una vez que lo hayan perdido”.
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    A fin de cuentas, bien puede ser verdad que, como diría el marxista húngaro Georg Lukács, “las crisis son una mera intensificación de la vida cotidiana de la sociedad burguesa”. Basta con señalar que la biblioteca Widener de Harvard aloja más de 23.600 libros publicados en inglés en el siglo XX cuyos títulos incluyen la palabra “crisis” (Graf y Jarausch, 2017).
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    La crisis consiste precisamente en que lo viejo está muriendo y lo nuevo no puede nacer; en este interregno se producen los más diversos fenómenos mórbidos.
    Antonio Gramsci, Cuadernos de la cárcel, c. 1930
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    Lippman (1956) insistió en que el deber de los ciudadanos “es definir quién ocupa el cargo y no dirigir a quien lo ocupe”.
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    En las elecciones, las personas y los pueblos –ahora en plural– son omnipotentes; entre elecciones, son impotentes. Y así es como muchos teóricos de la democracia consideraron que debía ser.
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    No existe cosa tal como “gente” o “pueblo” en singular, y la gente, en plural, tiene diferentes intereses, valores y normas.
  • Milena Alvarezcompartió una citael año pasado
    Los individuos con diferentes enfoques políticos, valores y culturas se perciben, cada día más, como enemigos: están dispuestos a cometer actos reprensibles contra el prójimo.
  • Milena Alvarezcompartió una citael año pasado
    La confianza en los políticos, los partidos, los órganos parlamentarios y los gobiernos está disminuyendo. Incluso el apoyo a la democracia como sistema de gobierno se ha atenuado.
  • Milena Alvarezcompartió una citael año pasado
    Algo está ocurriendo: en muchas democracias maduras se da un estallido de sentimientos “antiestablishment”, “antisistema”, “antiélite”, “populistas”. Después de casi un siglo en que los mismos partidos de siempre dominaron la política democrática, nuevos partidos surgen como hongos después de la lluvia, mientras que el apoyo a los tradicionales se debilita.
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