El Imperio de las Preguntas quedó derrumbado
cuando los bárbaros de las Respuestas irrumpieron
esgrimiendo productos de neuronas perfumadas,
hermosos, mas no inocuos, ni incoloros, ni inodoros,
hijos de la nueva violencia.
La Revolución de la Lógica, en su cíclica resurrección,
intentó recuperar el agónico terreno arrebatado,
debilitada, difusa, maltrecha, tarde llegó,
con armas oxidadas y arcaicas, hazmerreír del colectivo,
con defensores vacilantes, tartamudos por el miedo.