Un partido de fútbol, una golpiza, el asalto a un banco son algunos de los acontecimientos que le dan ritmo a esta novela ambientada en el Santiago de la posdictadura. Los protagonistas buscan, cada uno a su manera, su lugar y su identidad en una sociedad aún marcada por el miedo, la represión y la desconfianza, en la que nada es lo que parece –ni siquiera los amigos— y en la que el barrio –en este caso el barrio Sotomayor— va perdiendo su carácter de refugio.
A través de las reflexiones de sus personajes, al mismo tiempo entrañables y complejos, y de una historia contada desde diferentes puntos de vista, Óscar Muñoz nos entrega una mirada a la vez desencantada y nostálgica sobre los barrios de Santiago, y nos hace vislumbrar lo que pudo vivir la juventud –o al menos parte de ella— en los años inmediatamente posteriores al regreso de la democracia.