historia.
—¡Farid! —no le oyó… y Basta acometió.
Dedo Polvoriento presenció cómo hundía el cuchillo en la delgada espalda. Sostuvo al chico antes de que cayera al suelo, pero ya estaba muerto. Y Basta se quedó quieto, un pie apoyado en otro cadáver, sonriendo. ¿Y por qué no? Había alcanzado su objetivo, el objetivo que codiciaba desde hacía mucho tiempo: el corazón de Dedo Polvoriento, su estúpido corazón, que se partió en dos mientras sostenía a Farid entre sus brazos, se partió simplemente en dos a pesar de lo bien que lo había cuidado a lo largo de esos años.
NO PUEDE SER !!! 😭😭😭