Abrir el mundo desde el ojo del poema

odo aquello que pueda abrir el mundo desde el ojo del poema, que también es su escucha, su cuerpo receptivo y atento.

La imagen poética puede incorporar hechos de lo más diversos: desde fenómenos naturales, como la niebla que avanza en las ciudades y las vuelve menos luminosas; hechos sociales, como el de los migrantes; políticos, como hechos fijados en la memoria de la dictadura militar; culturales, como los cambios tecnológicos.

contingente, que puede pasar desapercibido,

La contingencia con su nube de inesperados desencadenantes suelta el poema y lo lleva a hacerse, a seguir una respiración entre palabras

Tomar notas en el momento de la percepción, con sus limitaciones, con la torpeza que muchas veces conlleva la cercanía de la experiencia sensible, aceptarse en el error de no dar en la tecla precisa del lenguaje; esa situación de incertidumbre suele ser el camino hacia la poesía

Los y las poetas creo que somos recolectores natos

desde ese caos imperfecto todo es posible. Suele aparecer en esas ocasiones un tono o un ritmo imprescindibles para la continuidad del poema, una palabra o una frase decisiva para delinear finalmente el sentido, pero hay que soportar la imperfección.

Detrás de un poema hay una contingencia, un accidente que atraviesa a alguien que está ahí, se detiene y percibe eso que sucede o le sucede como un tropiez

ver cómo la imagen poética crea espacios que potencian la subjetividad y están en disputa con la verdad consagrada o institucionalizada. La imagen poética fundamentalmente va en contra de la atrofia perceptiva. Ofrece otra percepción.

Una imagen micropolítica muestra un núcleo problemático que implica una aprehensión del sí mismo, de la propia subjetividad que se abre en sus posibilidades a una alteridad, pero su manera de hacerlo es más indirecta.