«Regresar, solo se regresa en los poemas. Fuera de aquí, solo el ir y venir por las calles y las aguas de un tiempo devastado: aquello de las ruinas cuando nada queda, si acaso una estatua en el centro de la plaza, lo que vivimos antes de que la lluvia borrara las huellas del amor o algo parecido, ese «cielo submarino que ahoga / las mañanas». En los poemas de Paola González Sepúlveda hay ese recuento sin tregua del pasado, pero no para que nos cortemos las venas por tanta tristeza escondida en los rincones medio luces y sombras de Verona. No para eso sino para decir seguramente lo contrario: esa ironía que finalmente y contra todo pronóstico asegura sin o con remedio que «aún seguimos estando vivos».
Alfons Cervera