Cuando el magnate Gray Gallagher decidió consolar a Rebecca en la boda de su ex prometida, ella no tenía previsto despertar junto a él a la mañana siguiente. ¿Qué tipo de consuelo había querido darle?
Y entonces le propuso llevársela en un viaje de negocios. Pero Rebecca seguía con la duda de si había dormido con él o se había acostado con él… o si tenía la intención de mezclar los negocios con el placer durante aquel viaje. Después de todo, él era su jefe y podía pedirle que hiciera “horas extras”.