El poeta Vladimir Maiakovsky, uno de los primeros en unirse a la cruzada de Lunacharsky, coincidía con él en la creencia de que el comunismo podría erradicar la «vieja porquería estética». La poesía de Maiakovsky clamaba contra el arte burgués en todas sus manifestaciones: «Escupid en las rimas y las arias y el rosal y otras sensiblerías parecidas del arsenal de las artes […]. ¡Dadnos nuevas formas!» El actor y director Vsevolod Meyerhold, que marcó una época, había desmantelado el artificio del teatro