Un viaje de novios

Porque si comienzo a cavilar en esas cosas, doy en no comer, en no jugar, en no dormir.

tristeza, el ceño siempre torvo,

siendo la novela, por excelencia, trasunto de la vida humana, conviene que en ella turnen, como en nuestro existir, lágrimas y risas, el fondo de la eterna tragicomedia del mundo.

a novela es traslado de la vida, y lo único que el autor pone e

edúcese de aquí una consecuencia que a muchos sorprenderá: a saber, que no son menos necesarias al novelista que las galas de la fantasía, la observación y el análisis.

eina en la poesía lírica, por ejemplo, libertad tal, que raya en anarquía, sin que nadie de ello se espante, mientras la escuela de noveladores franceses que enarbolan la bandera realista o naturalista,

resolvime a novelar en vez de referir, haciendo que los países por m

resolvime a novelar en vez de referir,

—No consiste la desgracia—dijo—en hacer el favor, sino en que se lo agradezcan a uno tanto.

—¿No quiere usted algo más?—murmuró—. ¿Desayunarse? ¿Café o chocolate?

—No, no... lo que es por ahora, no siento apetito.

—Pues espéreme en el coche. Voy a arreglar el asunto de su billete de usted