Ven con nosotros, fénix. Tu trabajo no se va a incendiar si te tomas una noche libre.
—Cierto es —asintió Hypnos—. Además, ¿recuerdas que decidimos ser amigos?
—Por favor, no me digas que vamos a sacrificar un gato a Satán. —Zofia sonrió de oreja a oreja—. Ni siquiera es miércoles.
—Los amigos —siguió él, ignorando su comentario— salen juntos. Al teatro, a un concierto.