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Libros
Irene Solà

Canto yo y la montaña baila

  • ESMEcompartió una citahace 3 años
    Siento que no volvieras y siento haber querido siempre que volvieras. Y siento que Hilari muriera por tu culpa y que eso lo estropeara todo. Y siento perdonarte cuando te perdono. Y siento no perdonarte cuando no te perdono. Y siento que a veces no basta con sentirlo, como a veces no basta con quererse.
  • ESMEcompartió una citahace 3 años
    Pero yo quería un hombre que amara la tierra y también las ideas. Un hombre que supiera de árboles, de plantas y de animales.
  • Aída Palomocompartió una citael año pasado
    un río que debía de ser frío porque se escondía entre los árboles.
  • ESMEcompartió una citahace 3 años
    Y está bien así. Y le dejo que venga a verme. Porque me gusta que venga a verme. Y yo nunca voy a verlo a él, para que las cosas que piense su madre de mí, sean buenas o malas, no las piense delante de mí. Y porque sabe dónde estoy y puede venir cuando quiera, y no tengo que adivinar si está de un humor tranquilo y es buena compañía o si está de un humor de cerrarse como una nuez.
  • Lorecompartió una citahace 3 años
    Si oyes un ruido que no te gusta. Si hueles algo que no te gusta. Corre, corre, que estas patitas son para correr mucho.
  • Jimene Cirenezcompartió una citahace 3 años
    Y siento perdonarte cuando te perdono. Y siento no perdonarte cuando no te perdono. Y siento que a veces no basta con sentirlo, como a veces no basta con quererse.
  • Fernanda Briseñocompartió una citahace 4 años
    A algunos hombres se les atasca la lengua y se les seca en la boca, y no saben abrirla ni para decir cosas bonitas a sus hijos, ni cosas bonitas a sus nietos, y así se pierden las historias
  • Hatebreedercompartió una citahace 4 años
    Y ahora dirá algunas cosas. Las que se pueden decir seguidas, como una cuerda. Las que recuerda, las que se encienden como bengalas. Las que hay que arrancar como si fueran cebollas. Las que hay que decir en voz baja y las que hay que decir poco a poco. Las que queman. Las que se dicen mirando los árboles, y las que se dicen mirando la hierba, y las que se dicen mirándonos las manos, una encima de otra, y después mirándome a mí. Yo escucharé. Después diré algunas cosas. Lo que pueda. Y luego se hará de día. Primero de color gris, después azul y después amarillo.
  • ambartrujillorcompartió una citahace 4 días
    Mia tiene el equilibrio de las brasas, que te tranquilizan, que te devuelven las ganas de reír, y de tomar café, y de que llegue el verano, o el otoño, o lo que sea que vaya a llegar.
  • Yalid Vargascompartió una citahace 7 días
    Llevo la poesía en la sangre. Y guardo todos los poemas en la memoria como en una cómoda ordenada. Soy una jarra llena de agua. De agua sencilla como la de los arroyos y las fuentes.
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