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Éric Fassin

Populismo de izquierdas y neoliberalismo

  • Adal Cortezcompartió una citahace 4 años
    El populismo es el síntoma del neoliberalismo, no su remedio
  • Adal Cortezcompartió una citahace 4 años
    ¿acaso el populismo no es el instrumento del neoliberalismo?
  • Adal Cortezcompartió una citahace 4 años
    Desde el Brexit, y con el creciente ascenso de los partidos y gobiernos xenófobos en Europa, estamos viviendo un «momento populista»
  • Adal Cortezcompartió una citahace 4 años
    Esto permite interpretar la reacción de Bernie Sanders tras la elección de Donald Trump. Ya el 9 de noviembre, el demócrata analizaba la victoria del candidato republicano en términos populistas. Para Sanders, el presidente elegido «supo captar la ira de la clase media en declive, harta de la economía del establishment, de la política del establishment y de los medios del establishment». Bernie Sanders daba al presidente elegido un doble rostro, populista de izquierdas y de derechas: «En la medida en que el Sr. Trump se proponga seriamente conducir una política que mejore la vida de las familias que trabajan en este país, yo y otros progresistas estamos dispuestos a trabajar con él». Sin embargo, «en la medida en que lidere una política racista, sexista, xenófoba y contra el medioambiente, nos opondremos vigorosamente a él».16 Pues Bernie Sanders no quiere perder la esperanza en los electores de Donald Trump y, todavía menos, ofenderlos.
  • Adal Cortezcompartió una citahace 4 años
    En cuanto se conocieron los resultados, Paul Krugman, premio Nobel de Economía firmemente comprometido a favor de la candidata demócrata y en contra de su adversario republicano, expresó su consternación en su blog: «Lo que sabemos es que la gente como yo no comprendimos realmente el país en que vivimos». ¿Cómo pudieron los Estados Unidos elegir a un hombre incompetente, un mentiroso y un charlatán, abiertamente racista y sexista?
  • Adal Cortezcompartió una citahace 4 años
    Michael Moore lo había anunciado en un editorial profético, más de tres meses antes de las elecciones: «Donald J. Trump va a ganar las elecciones del mes de noviembre». ¿Por qué? El cineasta daba varias explicaciones: «el peso electoral del Midwest, o el brexit del Rust Belt»; «el último cartucho del hombre blanco»; «el problema Hillary»; «los partidarios decepcionados de Bernie Sanders»; la última, «hacer que las cosas se muevan»,1 a cualquier precio, tal vez las resume todas
  • Adal Cortezcompartió una citahace 4 años
    La victoria de Donald Trump provocó estupor, tanto en su país como en el resto del mundo: ¿cómo ese personaje grotesco, que nunca había ejercido una función política, cuyo nombre evoca una riqueza arrogante y que muchos conocían de un concurso de la tele, pudo ganar a Hillary Clinton, que, sin haber conquistado la simpatía de sus conciudadanos, en la opinión pública era considerada como un modelo de competencia, de experiencia y de profesionalidad? Lo cierto es que, una vez más, los encuestadores se equivocaron; si hacemos caso a los comentarios, el «pueblo» habría sido más fuerte que las «élites». Sin duda, el error fue del Colegio Electoral: en efecto, Hillary Clinton gana en voto popular (con más de 2,9 millones de votos según los resultados finales, es decir, ¡con una ventaja del 2,1!), lo que debería mitigar la lectura populista; en consecuencia, bastó con que sus votos estuvieran mal distribuidos: demasiado concentrados en estados afines a su partido y no tan bien representados en grandes electores.
  • Adal Cortezcompartió una citahace 4 años
    Pero lo cierto es que, por su parte, Stuart Hall ve el populismo como un arma al servicio del neoliberalismo y no dirigida contra él
  • Adal Cortezcompartió una citahace 4 años
    No, el populismo no es un arma eficaz contra el neoliberalismo, tanto si es de izquierdas o de derechas, o incluso si rechaza esas etiquetas
  • Adal Cortezcompartió una citahace 4 años
    ¿«Momento populista»? Si este ensayo recupera la expresión de Chantal Mouffe, es para calificar semejante giro político. No se trata solamente de una «explosión», o sea, de un hecho empírico; este «momento» es también, para la filósofa y para los políticos que en él se inspiran, una oportunidad que no hay que dejar escapar. Significa que este concepto está cambiando de signo: ya no es obligatoriamente negativo.
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