Este es el modelo social visto a través de los ojos de Heffer. Gente agradable de clase media por un lado y un irredimible detritus por el otro (la «subclase» que representa «la parte de la clase trabajadora sin ambición ni aspiraciones»), sin nada entremedias. Esto no guarda ninguna relación con cómo está estructurada realmente la sociedad, pero ¿por qué habría de hacerlo? Después de todo los periodistas que escriben esto tienen poco contacto, si tienen alguno, con la gente que desprecian. Heffer es un típico exponente de clase media, vive en el campo y lleva a sus hijos a Eton. En un momento dado admite «no saber mucho de la subclase», algo que no le ha impedido fustigarlos repetidamente.