Los nadadores nocturnos

No sería terrible si un día, en nuestro propio mundo, allá en casa, los hombres se volvieran salvajes, como los animales aquí, pero siguieran teniendo el aspecto de hombres, de modo que nunca se supiera quién es qué

Tengo una tía abuela que siempre escribe dos cartas: una normal y la otra pidiendo disculpas por cualquier cosa que pudo haber redactado mal en la primera)

Tenía miedo de estar quieto, en una habitación con otra persona.

encantaba nadar, y me encantaba nadar de noche.

Yo respiraba para la derecha, ella para la izquierda, comprobando que estábamos ahí. Debajo de nosotros, las profundidades.

agua es más densa y no podés hablar, no podés dejar de moverte.

NADAR CON OTRA PERSONA —en aguas abiertas, de noche, una larga distancia sin detenerse— es como salir a caminar sin el peso, sin la presión de mantener una conversación, de tener que sacar afuera lo que está adentro.