Al modo de aquellos mapas de rutas nómadas en el desierto guiadas por los pozos de agua este libro traza ciertos recorridos cuya guía es la sed de justicia. Una justicia heterónoma que resumimos como “justicia del otro”, que no “justicia para el otro”. Palabras nómadas que fueron gestadas en los encuentros con dos pueblos recientemente sedentarizados (uno de México: los comcaac, navegantes del canal del Infiernillo y del desierto de Sonora; el otro de Africa: los saharauis, “hijos de las nubes” engendrados por el cielo del Sahara occidental).