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Vicente Blasco Ibáñez

Los cuatro jinetes del apocalipsis

  • Nicole Alcantara Moralescompartió una citahace 9 años
    Pero en la tierra, los más nobles propósitos rara vez son oídos,
  • Fer Marquezcompartió una citahace 8 meses
    Apreciamos la vida de un modo serio; la desgracia nos hace comprender que hemos venido al mundo para algo… Yo creo que hay que amar la existencia no sólo por los goces que nos proporciona.
  • Salvador Ramírez Diazcompartió una citael año pasado
    Debemos vivir nuestra existencia, sin fijarnos en si molestamos a los demás. Hay que ser egoístas para ser felices.
  • Sebas CMcompartió una citahace 4 años
    El padre quedó mirando con extrañeza la rústica tumba. Su hijo estaba allí, ¡allí para siempre!… ¡Y no lo vería más! Lo adivinó dormido en las entrañas del suelo, sin ninguna envoltura, en contacto directo con la tierra, tal como le había sorprendido la muerte, con su uniforme miserable y heroico. La consideración de que las raíces de las plantas tocaban tal vez con sus cabelleras el mismo rostro que él había besado amorosamente, de que la lluvia serpenteaba en húmedas filtraciones a lo largo de su cuerpo, fue lo primero que le sublevó, como si fuese un ultraje. Hizo memoria de los exquisitos cuidados a que se había sometido en vida: el largo baño, el masaje, la vigorización del juego de las armas y del boxeo, la ducha helada, los elegantes y discretos perfumes… ¡Todo para venir a pudrirse en un campo de trigo, como un montón de estiércol, como una bestia de labor que muere reventada y la entierran en el mismo lugar de su caída!

    Quiso llevarse de allí a su hijo inmediatamente y se desesperó porque no podía hacerlo. Lo trasladaría tan pronto como se lo permitiesen, erigiéndole un mausoleo igual a los de los reyes… ¿Y qué iba a conseguir con esto? Cambiaría de sitio un montón de huesos; pero su carne, su envoltura, todo lo que formaba el encanto de su persona, quedaría allí confundido con la tierra.. El hijo del rico Desnoyers se había agregado para siempre a un pobre campo de la Champaña. ¡Ah miseria! ¿Y para llegar a esto había trabajado tanto él, amontonando millones?…
  • Luisa Maldonadocompartió una citahace 5 años
    Esta novela la escribí en París cuando los alemanes estaban a unas docenas de kilómetros de la capital, y bastaba tomar un automóvil de alquiler en la plaza de la Ópera para hallarse en menos de una hora a pocos metros de sus trincheras, oyendo sus conversaciones a través del suelo siempre que cesaba el traquetear de fusiles y ametralladoras, restableciéndose el silencio sobre los desolados campos de muerte.
  • Nicole Alcantara Moralescompartió una citahace 9 años
    Además, ¿no iban á casarse tan pronto como les fuese posible?...
  • deneiraoctaviocompartió una citahace 5 meses
    Desnoyers admitió la decisión con que el gran hombre se lanzaba fuera del subterráneo, lo mismo que si marchase contra el enemigo.
    A los pocos pasos se desgarró la atmósfera en ondas tumultuosas.
  • deneiraoctaviocompartió una citahace 6 meses
    Por el momento, resultaba bastante para Chichí.
  • karencumpa207compartió una citahace 7 meses
    En julio de 1914 noté los primeros indicios de la próxima guerra europea,
  • deneiraoctaviocompartió una citahace 8 meses
    Llegaron a las afueras del pueblo, donde los
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