Juan, Chaval, o el Jefe, es un hombre de una gran determinación y corazón de oro, que supo dormir entre bolsas de papas, noquear para hacerse respetar y aprender entre fuegos los secretos de una buena paella.
Ariel Antonio Guerra conoce en profundidad lo que cuenta. En la emotiva novela «Veintitrés, El Cocinero» nos introduce con maestría en un mundo donde el fuego arde en las hornallas y en el corazón.
Así, entre ollas y condimentos, desde la trastienda caliente de todo restaurante, se desarrolla esta historia de amistad, de amor, de lealtad, de valentía; pero también de desamor, de soledad y redención.
Ariel, El Barman o El Toro Guerra –de intensa y diversa vida como la de su protagonista— exhibe una vez más su talento de narrador perspicaz y sensible ante las paradojas de la existencia.
Esa existencia humana, tan humana que nos sumerge en la más profunda emoción.
Ana Otaño Moreno