En reconstrucción existe una preocupación por el ser humano, su estancia en el mundo y su forma de comprender y relacionarse con los demás seres tanto humanos como no humanos, es decir, con el otro y con lo otro. Cuerpo, Casa, Mundo, las tres partes que componen el libro, son metáforas de los espacios que habita el ser humano y que se cruzan y entrecruzan construyendo un universo que es necesario interrogar y comprender desde múltiples opciones y perspectivas, pero que, casi irremediablemente, cambia cada vez que se observa e intenta predicarse algo sobre él.