La vida de Daniela es perfecta, o eso cree ella. A sus casi treinta años es una mujer de éxito que dirige una sucursal bancaria en Barcelona; lleva un nivel de vida a todo tren junto a Cristhian, su pareja, con el que comparte una visión poco romántica del amor. Una simple llamada puede poner toda su vida en la cuerda floja, haciéndola retroceder en el tiempo, a esos veranos de la infancia que pasaba con sus abuelos y poniendo de nuevo en su camino a Hugo; su mejor amigo en aquellos años. Ahora, después de más de diez años, se reencuentran en Arrosa, el pueblo donde Daniela veraneaba. La química que ya tenían entonces no ha desaparecido, pero además, ha dejado paso a un nervio en la boca del estómago de la firme y comedida Daniela con el que no está acostumbrada a lidiar, y tendrá que decidir, entre su zona de confort, lo seguro y conocido, y la emoción de dejarlo todo atrás para empezar de nuevo.
