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Javier Santaolalla

Inteligencia física

  • itsemilysoliscompartió una citahace 2 meses
    ¡somos física, y somos físicos!
  • Benjamin Melgarejo Reicheltcompartió una citael año pasado
    el mundo es aún más bello cuando lo observamos entendiendo el lenguaje en el que está escrito
  • Benjamin Melgarejo Reicheltcompartió una citael año pasado
    Los misterios más grandes sobre el orden universal están escritos en las estructuras más pequeñas de la naturaleza, las partículas. Es entendiendo el funcionamiento de los mínimos componentes de la materia como podemos abrir los ojos a la verdad sobre el universo; es a raíz de comprender la estructura del universo como podemos encontrar sentido a la composición de la materia. Aunque suene contradictorio, en el universo lo infinitamente pequeño está íntima e inexorablemente unido a lo descomunalmente grande
  • Benjamin Melgarejo Reicheltcompartió una citael año pasado
    Si uno mira al cielo estrellado, le embarga una sensación de tranquilidad completa. Mientras que aquí en la Tierra las cosas cambian a un ritmo frenético, en el cielo todo parece tan estático, inmutable. Es muy difícil no dejarse llevar por esa sensación de sosiego cuando uno imagina que aunque aquí todo va y viene, en el cielo tenemos nuestro refugio de eternidad. El firmamento es inmutable, las estrellas eran, son y serán siempre las mismas. Qué gran error.
  • Benjamin Melgarejo Reicheltcompartió una citael año pasado
    Esto es lo que se conoce como interpretación de Copenhague, duramente atacada por Schrödinger con su paradoja del gato y que, como ves, suena un poco a magia. Para evitar ese momento mágico del colapso cuántico, Hugh Everett reinterpretó los resultados de los experimentos, proponiendo que lo que estaba ocurriendo era que en realidad había un desdoblamiento de la realidad en dos universos, no una «elección azarosa».
  • Benjamin Melgarejo Reicheltcompartió una citael año pasado
    La revolución cuántica permitió entender los misterios del mundo atómico, con grandísimos éxitos que hoy nos permiten comprender la formación de átomos y moléculas, la interacción de partículas y las propiedades de la materia. Sin embargo, a un alto precio, aceptando un mundo aleatorio donde manda el azar, jugando con unas reglas que no se parecen en nada a lo que vivimos diariamente y con una interpretación que hoy en día sigue abierta. No es de extrañar que sus propios padres renegaran de ella, como Einstein o Schrödinger, que lamentaron haber tenido algo que ver con la mecánica cuántica. O, como expresa Richard Feynman, uno de los científicos más brillantes del siglo XX: «Si usted piensa que entiende la mecánica cuántica…, entonces usted no entiende la mecánica cuántica».
  • Benjamin Melgarejo Reicheltcompartió una citael año pasado
    Estos dos misterios, el de la catástrofe del ultravioleta y el efecto fotoeléctrico, fueron la antesala de la gran revolución cuántica. Eran soluciones desesperadas pero que iban en la dirección adecuada: romper con lo establecido buscando soluciones más allá de lo conocido.
  • Benjamin Melgarejo Reicheltcompartió una citael año pasado
    De nuevo la mecánica cuántica resulta chocante porque viola cualquier intuición que tengamos sobre la naturaleza. Y esta vez también el culpable es su dominio de aplicación: dado que trata con sistemas ínfimos, nuestros sentidos no tienen esa experiencia y, por ende, todo conocimiento que extraemos de este mundo resulta agresivo contra nuestros prejuicios. Para «entender» la mecánica cuántica hay que dejar de lado el sentido común y abrir la mente a ideas que desafían toda lógica
  • Benjamin Melgarejo Reicheltcompartió una citael año pasado
    ¿Por qué se tardó tanto en dar con la relatividad especial? La principal razón, creo yo, es que es contraria a nuestra experiencia, a lo que llamamos sentido común. Y esto es porque los efectos de la relatividad especial solo se aprecian a velocidades cercanas a la velocidad de la luz. ¿Recuerdas aquello del espacio de fases? La relatividad especial opera en una región de este espacio muy ajena para nuestros sentidos, por lo que nuestro sentido común no tiene integradas sus consecuencias. Así, los efectos de la relatividad especial son extraños para nosotros, todos percibimos que el tiempo pasa de igual manera para todos, nadie pondría en duda la simultaneidad de dos sucesos, como el pitido inicial de un árbitro y la primera patada a un balón. La segunda razón… ¿quién sino un loco se atrevería a poner en duda las leyes de Newton? Lo hizo Albert Einstein.
  • Benjamin Melgarejo Reicheltcompartió una citael año pasado
    a nuestro cerebro le cuesta muchísimo trabajar en una región en la que no se siente cómodo, fuera de nuestra experiencia inmediata. Una lástima, porque de esta manera, como decía Heisenberg y también como abríamos el capítulo: «Posiblemente el universo no solo sea más extraño de lo que suponemos, sino incluso de lo que podemos suponer». O como lo explicaba un gran divulgador, Michio Kaku, en su libro Hiperespacio, a través de una pequeña analogía: igual tenemos las mismas esperanzas de comprender el universo que tiene una carpa en un estanque de entender la composición química de las estrellas
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