La carta de Pero Vaz de Caminha sobre el descubrimiento de Brasil fechada en el año 1500 y la carta de Amerigo Vespucci luego titulada de Mundus Novus del 1502 constituyen los dos primeros documentos que nos hablan de los indios costeros brasileños. Comparándolas, nos vemos confrontados con dos descripciones casi opuestas. Mientras que en la carta del portugués Vaz de Caminha destaca el elogio de la belleza de la naturaleza y de sus habitantes, el florentino Vespucci acuña poco después la imagen de los indios feos y monstruosos. Lejos de tratarse de apreciaciones estéticas divergentes en cuanto al físico de los indios, la percepción de la belleza, o, respectivamente, de la fealdad, tiene un impacto fundamental en la evaluación moral que se hace de los indios, y más allá todavía, en los propios conceptos del mundo imbuidos por los dos autores.