Libros
Chris Carter

La galería de los muertos

  • luz747064compartió una citahace 8 meses
    Correr por fuera, persiguiendo pájaros que nunca conseguía atrapar, había perdido su encanto hacía ya varios veranos y ahora el señor Boingo pasaba la mayor parte del día durmiendo o encaramado en el alféizar de la ventana, mirando obnubilado la calle desierta.
  • Nicole Procompartió una citahace 8 meses
    Pulchritudo circumdat eius.
  • Ana Sofiacompartió una citael mes pasado
    Pulchritudo circumdat eius.
  • Diviana Soriacompartió una citahace 8 meses
    Linda Parker entró en su casa de dos dormitorios en Silver Lake, en la zona noreste de Los Ángeles, cerró la puerta tras de sí y dejó salir un suspiro pesado y cansado. Había sido un día largo y agotador. Cinco sesiones fotográficas en cinco estudios distintos repartidos por toda la ciudad. El trabajo en sí mismo no era muy cansado. A Linda le encantaba ser modelo y era lo bastante afortunada como para poder hacerlo de manera profesional, pero conducir en una ciudad como Los Ángeles, donde el tráfico es lento, y eso solo en el mejor de los casos, tenía una forma especial de dejar exhaustas y agotadas incluso a las almas más pacientes.

    Linda había salido de su casa alrededor de las siete y media de la mañana, y cuando aparcó su Volkswagen Escarabajo rojo en la entrada para coches, el reloj del salpica‍
  • analiabierjimenezcompartió una citahace 8 meses
    El hombre se despertó sobresaltado por el fuerte ruido que hizo una motocicleta afuera, en la calle. Durante un rato permaneció recostado bocarriba, inmóvil, mirando el techo. La habitación en la que se encontraba estaba iluminada tan solo por el débil resplandor de la luna que entraba por la ventana grande de la pared que estaba a su izquierda, pero no le molestaba la oscuridad. De hecho, la prefería. A su modo de ver, coincidía con el color de su alma.

    El hombre se concentró en su respiración, intentando apaciguarla. «Inspira por la nariz —se dijo mentalmente mientras tomaba aire—. Y suelta el aire por la boca. —Exhaló—. Inspira por la nariz. —Tomó aire—. Y suelta el aire por la boca». Exhaló.

    Poco a poco, su agitada respiración comenzó a estabilizarse de nuevo.
  • Maite Palominocompartió una citahace 8 meses
    El paraíso en forma líquida.
  • alejandroraudales78compartió una citahace 8 meses
    —Lo siento muchísimo, Tracy —dijo Hunter con voz grave y compungida.
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