La vida de los árboles

único que pide un árbol es que se le deje en paz.

Toda nuestra evolución biológica cabe en la vida de un árbol.

“Sea cual sea el oficio que ejerzas, en un momento dado te preguntarás si no estás perdiendo el tiempo, incluso si la actividad que llevas a cabo no es perjudicial. Tanto da si eres comerciante, arzobispo, pescador, músico o médico; tarde o temprano tendrás la impresión de estar perdiendo el tiempo. Solo existe una excepción: si plantas árboles, es seguro que lo que haces está bien”

Me gustaría compartir con ustedes una razón objetiva de esta simpatía que siento hacia los árboles. Se trata del contraste extraordinario entre lo poco que necesitan y la enormidad de lo que logran. ¿Qué necesita un árbol?

con un trocito de tierra bien llevado se puede alimentar a mucha gente

sin los árboles, no seríamos seres humanos.

Basta con unas hectáreas de bosque para que llueva.

“Los animales equivalen a lo oral, las plantas, a lo escrito”.

Digamos unas palabras sobre el dióxido de carbono. Ya saben que se ha convertido en un verdadero contaminante. Desde el final de la II Guerra Mundial y la década de 1940, las curvas de aumento de dióxido de carbono en la atmósfera son muy inquietantes. Este gas de efecto invernadero es demasiado abundante y, en gran medida, es el responsable del calentamiento del planeta y de todos los desajustes climáticos relacionados con él. La materia de un árbol puede ser enorme, cientos de metros cúbicos de madera que pueden llegar a ser miles de toneladas. ¿De dónde procede? Todo el mundo sabe que al principio solo hay una semilla minúscula. De algún lugar tiene que salir esa cosa enorme. Cuando

Sopesando mis palabras, acabaré diciendo lo siguiente: sin los árboles, no seríamos seres humanos.