Libros
Ángel Valenzuela

Hacia las luces del norte

  • Nohely Badillocompartió una citahace 5 años
    Todos seríamos más felices si nos sacudiéramos los prejuicios y nos permitiéramos sentir,
  • Alejandro Díaz Barajascompartió una citahace 5 años
    Sucede igual con las personas: somos trayectoria. Sufrimos esa constante reconfiguración y a pesar de todo, nunca dejamos de ser camino, viviendo en la eterna añoranza de ser transitados y reconocidos.
  • Diego Salvatore Cabreracompartió una citahace 6 años
    No se daba cuenta de que si yo te imitaba era porque estaba enamorado de ti: no quería ser como tú, quería ser uno contigo.
  • Lani Dmcompartió una citael año pasado
    Los japoneses creen en eso, que hay que hacer evidente la historia y la transformación del objeto roto: esas vetas se incorporan a su forma y lo transforman en algo nuevo. Algo más bello. Y más resistente, por supuesto, porque la vasija o el jarrón se vuelve más fuerte justo ahí donde antes estuvo fracturado.
  • Lani Dmcompartió una citael año pasado
    las cicatrices deben mostrarse con orgullo en lugar de ocultarse. Qué chingón. Le llaman kintsugi.
  • Lani Dmcompartió una citael año pasado
    Una vez que cedí, que acepté la idea de estar perdido, no me quedaba más que caminar y en algún momento encontraba el rumbo. Entendí que se pierde quien no tiene paciencia.
  • Max Valenciacompartió una citael año pasado
    One last wet dream before the dull American dream.
  • Max Valenciacompartió una citael año pasado
    Sonríe. Tiene esta forma tan irresistible de encender su rostro cuando sonríe. Es como si activara un botón de on/off.
  • Max Valenciacompartió una citael año pasado
    Todos seríamos más felices si nos sacudiéramos los prejuicios y nos permitiéramos sentir, ¿no crees? Darle libertad al instinto. Al final, lo verdaderamente inmoral son los límites, Demetrio. Lo verdaderamente antinatural es no transgredir.
  • Max Valenciacompartió una citael año pasado
    No es tu cabello como campo de trigo despeinado por el viento, ni tu barba de tres días que crece con la determinación del musgo sobre la roca. Tampoco es tu vientre encendido. Es tu nombre, Demetrio. Tan viril, tan donoso. Nombre de dioses. Es el vigor del hombre que trabaja la tierra. Tres sílabas que se cuelan por mis oídos y resuenan en mi cabeza. Es tu nombre lo que más adoro de ti. Lo escucho y pienso en tus brazos alzados, victorioso, ostentando la abundante mata de tus axilas. Pienso en esa cueva húmeda, cálida y perfecta, que me ofrece resguardo luego de atravesar la selva rubia de tu vello.

    Tu nombre y tus axilas como un mismo ente indivisible. Demetrio fuerza. Demetrio sudor. Demetrio suplicio. Demetrio redención. La explosión antes de la calma. Demetrio.
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