Algún día, aquel medallón colgaría alrededor del cuello de la mujer que habría de convertirse en su esposa…
Brit Thorson creía que había sido la suerte lo que había hecho que aquel medallón acabara en sus manos, pero cuando el príncipe Eric Greyfell le dijo que aquella joya debía ser para su futura esposa, Brit supo que era verdad. El hombre que tenía delante no sólo era una gran tentación… también era su destino.
Eric sabía que Brit era la mujer con la que estaba predestinado a pasar toda la eternidad. Ahora sólo deseaba poner fin a sus interminables preguntas sobre la muerte de su hermano, el príncipe Valbrand. Eric le había hecho una promesa al príncipe, aunque, algún día, sería a Brit a quien haría la promesa más importante de su vida…