Samantha Shannon

El priorato del naranjo

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    Lo único que ves, al final, es lo que yo quiero que veas. La política es igual
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    Ese hombre ha surcado todos los mares del mundo, mares a los que ni los cartógrafos han puesto nombre. Se dice que saqueando barcos a los treinta años ya había amasado una fortuna equivalente a la de todos los miembros de la Junta de los Duques.
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    Soy un noble mimado que duerme en colchones de plumón de cisne, que se enamora de demasiadas cortesanas y se atiborra de golosinas. La corte me ha echado a perder. Eso es lo que me dijo padre cuando me hice poeta
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    Soy un noble mimado que duerme en colchones de plumón de cisne, que se enamora de demasiadas cortesanas y se atiborra de golosinas. La corte me ha echado a perder. Eso es lo que me dijo padre cuando me hice poeta
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    Perchling. El mayor puerto de Inys y su principal puerta de acceso al continente
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    Ead tenía olfato para los secretos. Los percibía como si fueran un perfume.
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    La Alcoba Real del palacio de Ascalon tenía los techos altos, paredes claras, el suelo de mármol y una gran cama con dosel en el centro. Las almohadas y la colcha eran de seda brocada de color marfil, las sábanas del mejor lino méntico, y había dos capas de cortinas, una fina y otra pesada, que se usaban según la cantidad de luz que deseaba Sabran
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    Su dinastía era una línea sucesoria de mujeres, una hija por cada reina. Sus súbditos decían que eso era la prueba de su santidad.
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    Su dinastía era una línea sucesoria de mujeres, una hija por cada reina. Sus súbditos decían que eso era la prueba de su santidad.
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