Durante siete años, Gavril ha estado luchando una guerra que ya se prolonga tres décadas. Sus enemigos son de la variedad monstruosa, entidades que al emerger de Entremundos, el plano espiritual, adquieren materia que han de sustentar con alimento. Alimento humano. Durante esos siete años, Gavril ha ido desconectándose de su humanidad hasta sentir que nada tiene sentido. Que bien podría compararse con aquellos que se supone ha de combatir.
Hasta que un Dios sugiere que el enemigo contra el que se batalla es el incorrecto. Que la verdadera lucha está por venir.
Asimismo, un noble reconocido por su inutilidad busca maneras de acabar con esa guerra sin sentido. Un ambicioso ilusionista se ve inmiscuido en una trama que, de la más inesperada manera, lo conducirá a lo que considera su objetivo vital. Entretanto, guerreros, monstruos y personajes que no son lo que parecen, te conducirán por una sociedad de costumbres decadentes, mortales argucias y antiquísimos dioses olvidados que amenazan con despertar y, así, causar toda clase de problemas peores de los que ya se viven.
