Este cambio de chip también podría ser necesario en cuanto al uso de trigo, leche y fructosa. Es positivo incluir este tipo de alimentos en nuestra dieta, porque contienen sustancias preciadas, pero quizás deberíamos reflexionar acerca de la cantidad de ellas que ingerimos. Mientras nuestros antepasados, los cazadores y recolectores, ingerían cada año hasta quinientos tipos diferentes de raíces, hierbas y plantas autóctonas, hoy en día nuestra alimentación proviene principalmente de diecisiete plantas útiles. No es de extrañar que nuestro intestino tenga dificultades para adaptarse a estos cambios.