Jesús el Cristo (el Mesías) vivió la vida más memorable y hermosa jamás conocida. Nació de una virgen y llevó una vida libre de pecado. Como hombre, Jesús fue el hombre más bondadoso, tierno, benévolo, paciente y compasivo que jamás vivió. Amaba a la gente, odiaba verla sufrir. Amaba perdonar. Amaba ayudar. Realizó milagros increíbles para alimentar a la gente hambrienta. Para aliviar a los que sufrían, se olvidaba de alimentarse. Multitudes de gentes exhaustas, agobiadas por el dolor y con el corazón destrozado, acudían a él y encontraban sanidad y alivio. Se dice de él, y de ningún otro hombre, que si se escribiera la relación de todas las obras de amor que él hizo, no cabrían en el mundo los libros.