Pocos pueden dudar de la enorme importancia que tuvo la nobleza en el devenir histórico de la España moderna. Sin embargo, es mucho lo que todavía ignoramos acerca de este grupo social. Este libro aborda su estudio desde una perspectiva claramente innovadora, centrándose en la fuerte movilidad que la sociedad hispana experimentó a lo largo de los siglos XV al XVIII. Semejante (y tan considerable) ósmosis social posibilitó la integración en el estamento nobiliario de miles de familias de muy diversa procedencia, que utilizaron como mecanismos de progresión los abundantes resquicios existentes. Resulta particularmente interesante que dicho movimiento no alterara los fundamentos ideológicos del sistema, pues fue acompasado por la creencia en la continuidad y eternidad de la nobleza de sangre. Todo ello, en fin, permitió la sistemática renovación biológica del grupo, al tiempo que reforzó las bases sociales sobre las que descansaba la monarquía española.