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Augusto Zamora

Política y geopolítica para rebeldes, irreverentes y escépticos

  • abby montelongocompartió una citahace 3 años
    Alemania no logró lo uno ni lo otro. Fue derrotada por una suma de vastedad geográfica, climatología y avalancha militar soviética.

    No pudieron las tropas nazis dibujar el mapa geopolítico elaborado por Haushofer. Ese papel corresponderá, paradójicamente, a la clase dirigente de la URSS. La demolición del Estado soviético, equivalente a una derrota militar, permitió la emancipación de los países del Pacto de Varsovia, muralla amortiguadora que separaba, como glacis, el territorio soviético de sus potenciales enemigos. Como deseaban los geopolíticos del III Reich, la URSS quedó rota en sus partes, siendo sustituida por una pléyade de pequeños Estados nacionales, quedando un único Estado ruso. Los pequeños Estados nacionales no fueron incorporados a ninguna Gran Alemania –como había soñado Haushofer–, sino a una entidad aún más peligrosa, la OTAN. Pero rara vez los planes salen como se quiere y una pieza quedó suelta, Ucrania, elemento geopolítico clave para arrinconar a Rusia y sacarla del tablero europeo. La idea de usar Ucrania contra Rusia, presente en los adversarios de este último país desde la Primera Guerra Mundial, da cuenta de que la OTAN hace depender sus relaciones con Rusia a que ésta renuncie a Ucrania y admita su inclusión en la Alianza Atlántica, que es una forma indirecta de requerir la rendición de Rusia como potencia europea. De cómo se resuelva este conflicto dependerá en buena medida la paz mundial.

    La agresión contra Yugoslavia en 1999 permitió ajustar las piezas del nuevo mapa europeo. Los «Estados tapón» se alinearon presurosamente con la OTAN (es decir, con EEUU), que establecía así una nueva frontera, que es extendida luego a los Estados bálticos. La caída del último aliado de Rusia, el gobierno de la reducida Yugoslavia de Serbia y Montenegro, gobernada por Slovodan Milosevic, devolvió a la devaluada potencia a la situación que existía en 1923, cuando el cordón sanitario impuesto por Occidente intentaba aislar la revolución bolchevique del resto de Europa. La guerra y ocupación de Afganistán por EEUU será un intento fallido de cerrar el círculo en torno a Rusia, sueño acariciado desde el inicio de la Guerra Fría, en 1947. La triunfante potencia marítima controlará efímeramente el corazón continental y tendrá, también efímeramente, bases militares propias
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    Alemania no logró lo uno ni lo otro. Fue derrotada por una suma de vastedad geográfica, climatología y avalancha militar soviética
  • abby montelongocompartió una citahace 3 años
    la teoría del corazón continental sigue siendo la primera premisa del pensamiento militar occidental»
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    Pero la gran figura de la geopolítica germana fue el militar y doctor Karl Haushofer, autor de numerosas obras y defensor del Lebensraum. La idea del «espacio vital» tiene tal arraigo en la obra de Haushofer que llega a considerar que, a lo largo de la historia, el motivo de la mayor parte de las guerras y rivalidades políticas, hasta el presente, obedecían a la búsqueda de adquirir los territorios necesarios (el «espacio vital») para los «pueblos sin espacio». Por tanto, la conquista del «espacio vital» debía ser la guía de la política exterior de cualquier Estado dinámico. Para Haushofer, el «espacio vital» alemán no era el establecido por las fronteras internacionales, sino que abarcaba el ocupado por la etnia o lengua alemana, sin importar qué países habitaran.
  • abby montelongocompartió una citahace 3 años
    La guerra –dijo– es el laboratorio de la geopolítica, y los Estados Mayores deben ser academias de ciencias.» La naturaleza del Estado era, esencialmente, poder, y la ley debía subordinarse al poder del Estado. La Geopolitik debía determinar el área natural del Estado, pues de ésta dependería que el Estado pudiera alcanzar su forma óptima de vida
  • abby montelongocompartió una citahace 3 años
    Rudolf Kjellen era un politólogo e investigador sueco, nacido en la isla de Torsoe en 1864. A Kjellen se le recuerda, sobre todo, por haber acuñado el término «geopolítica» (Geopolitik, en alemán), que definió como «la influencia de los factores geográficos, en la más amplia acepción de la palabra, sobre el desarrollo político en la vida de los pueblos y Estados». Su obra más importante es El Estado como forma de vida, publicada en 1916, en plena Primera Guerra Mundial. Kjellen sostenía que solamente el Estado que poseyera libertad de movimiento, cohesión interna y espacio, podía ser considerado gran potencia. Para él, «los Estados vitalmente fuertes que posean sólo un espacio limitado, se deben a sí mismos agrandar este espacio por colonización, amalgamación o conquista»
  • abby montelongocompartió una citahace 3 años
    Para Treitschke, «la guerra es la ciencia política por excelencia. Una y otra vez se ha demostrado que únicamente en la guerra un pueblo se convierte propiamente en un pueblo». «El Estado es el poder de la raza más fuerte que consigue establecerse.»
  • abby montelongocompartió una citahace 3 años
    «A cada quien su parte.» El reparto de África en1885 marca el apogeo del imperialismo y del colonialismo europeo, y da un impulso poderoso a la geopolítica
  • abby montelongocompartió una citahace 3 años
    único remedio para las naciones dolientes», Ratzel participa en el Congreso de Berlín de 1885, durante el cual un puñado de potencias europeas proceden al reparto de África, hecho histórico que marcará el punto culminante del imperialismo occidental y que marcará profundamente la mentalidad europea.
  • abby montelongocompartió una citahace 3 años
    Montesquieu sostuvo que las condiciones geográficas y el clima determinaban la evolución política de una sociedad. Immanuel Kant consideró la geografía política una rama de la geografía física. En suma, que desde que el humano pudo pensar de forma racional, tuvo conciencia de la relación entre las sociedades humanas y el entorno geográfico en el que vivían (Tucídides comentaba, en su Historia de la guerra del Peloponeso, que «eran las mejores tierras las que sufrían permanentemente las migraciones de sus habitantes […] En efecto, a causa de la calidad del suelo, algunos se hacían con un poder mayor, lo que originaba revueltas, a resultas de las cuales se arruinaban, a la vez que se veían expuestos a los ataques de pueblos extranjeros. En cambio, el Ática, que desde los tiempos más remotos permaneció sin revueltas a causa de la aridez de su tierra, la habitaron desde siempre los hombres de un mismo pueblo». La historia evidencia, como había constatado Tucídides, que las regiones áridas del planeta rara vez han despertado el apetito de conquista o de colonización por otros pueblos).
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